domingo, 31 de marzo de 2013

ABRACADABRA




ABRACADABRA

Si hay una palabra que me gusta de manera especial esa es “Abracadabra”, tal vez porque me retorna de alguna forma a la infancia, cuando todo asemeja real y asombroso, y aunque la palabra en sí no va unida a un concepto en concreto, parece que al pronunciarla se destapa una bomba de emociones. De pequeños la pronunciábamos esperando que de pronto se produjera algún acontecimiento extraordinario, un encantamiento que nos convirtiera en magos por un momento, y apretábamos los ojos con fuerza suponiendo que al abrirlos veríamos cualquier prodigio delante nuestro. Qué fácil sería todo si con sólo chasquear los dedos y decir la palabra mágica se pudiera conseguir lo que uno desea… ¿O tal vez sí se puede?... Evidentemente tenemos que desprendernos de cualquier tipo de pensamiento material, y alejarnos de los conceptos clásicos atribuidos a esta palabra, tomarnos el hechizo como un juego y prestar atención únicamente a su significado:  “Yo creo como hablo”, donde creer no está relacionado con un acto de fe, sino en el sentido de crear, de componer, inventar… imaginar.
No hacen falta más conjeturas. Si las palabras tienen un poder magnífico en cualquier ámbito de la vida de una persona, realmente que no se me ocurre ninguna mejor que “Abracadabra”, pues con ella tenemos el universo en las manos.

Amparo.

1 comentario:

  1. Estimada Amparo Climent: Perdón por la intromisión. Hemos mantenido un pequeño debate otro comentarista y yo en su artículo sobre Gloria Casanova, la profesora española. Se lo comento por si no lo vio. Le felicito por su artículo y le hago llegar mi solidaridad y mi aprecio. En Internet me tiene usted perfectamente localizado.
    Un cordial saludo

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