EL SILENCIO
¿Qué es el silencio? ¿Qué armas y movimientos posee para
comunicar, para ayudar, para demostrar? Guardamos en nuestros silencios un
significado que compromete mucho más que las propias palabras, pues a menudo
ellas quedan vacías, o demasiado ocultas en nuestra íntima introspección.
Es verdad que en el silencio se pueden acomodar miedos e
intereses, es el escondite perfecto para eludir algunas responsabilidades, para
cerrar la mente a alguna situación que incomoda o amenaza, pero de la misma forma
que un silencio puede aparecer como una protección de los sentimientos, también
puede resultar un instrumento efectivo de elocuencia muda. Un silencio puede
transformarse en un grito rotundo, en una articulación de la energía más
fuerte, en una llamada vibrante y sonora que explica sin palabras lo que de
otra forma no se puede expresar.
A través de los silencios se puede enseñar y aprender,
resolver diferencias y crear acercamientos, es formar una línea recta entre dos
almas, equilibrando voluntades. Aún así, el silencio nunca debería anular
nuestras palabras, nuestra capacidad de comunicar manteniendo una sincera
facultad de escucha.
Así como elegimos las palabras, elegimos también nuestros
silencios.
Amparo.
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