jueves, 25 de octubre de 2012

LA ARROGANCIA DE UN MINISTRO





Una nueva zancadilla para la sociedad con menos recursos.
Los gobernantes parecen elegir los momentos más apropiados como si con pinzas de cirujano trabajaran. Y ahora, cuando más paro existe y el hundimiento económico es más evidente, el ministro de Justicia, Alberto Ruíz Gallardón, propone una subida de las tasas judiciales que convierte en casi misión imposible el derecho de los más desfavorecidos económicamente a una segura tutela judicial, tal como se reconoce en el artículo 24 de la Constitución.
Con esta medida, Gallardón dejará sin el beneficio de un abogado de oficio a todos los mileuristas de España, o unidades familiares que superen en dos veces y media el IPREM. Un proyecto de ley sólo apoyado por el PP en esta disputa establecida entre un partido político y la sociedad, que penaliza a los más pobres e impide el lícito acceso de los trabajadores a la justicia.
Gallardón parece querer dar una lección llena de cinismo a los españoles al tomar esta postura, ya que afirma que la sociedad española es muy litigante y nos mueve el interés por demorar los procesos, con el consiguiente costo que este hecho genera. Y todo esto porque parece ser somos una nación derrochadora en necesidades legales, y según argumenta, la justicia “nos sale muy barata”.
Una brecha más en la desigualdad social, leyes injustas para el trabajador que solo favorecen a los más ricos, y que demuestran de nuevo el afán recaudatorio del Gobierno con total menosprecio a los ciudadanos con menos ingresos.

Amparo.

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