BLANCO

Blanco sobre blanco,

superpuesto y absorbido,

punto gravitacional

sobre el que me deslizo

absorta y seducida,

origen y ocaso

del destello más profundo,

cegador y sin forma,

rotundo y directo al alma.

Blanco albino,

claro y nevado,

magnitud irreemplazable

de la belleza,

baile sonámbulo

de cuerpos encadenados

en un frenesí.

Blanco que se rompe

y rasga los esquemas,

fantasma ocasional

de sueños nocturnos,

cuando la noche es más negra

y no puedo dormir.

Blanco que redime,

que anula los pecados,

que cubre la órbita

del vicio más sutil.

Blanco que tiñe de blanco

los ojos, la boca,

y estas manos blancas,

hechas de aire

y en el aire quietas,

formando la blanca esfera,

cristal transparente,

que tiembla, se agita,

y sobre tu vientre reina.

Amparo.